“Orandum est ut sit mens sana in corpote sano”
Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano.
Juvenal

lunes, 18 de julio de 2011

El Deporte Vs. las Drogas 7/37

Práctica del deporte con corrección


Una forma de explicar el significado del espíritu del deporte y de hacer hincapié
en su importancia es elaborar un código de conducta escrito
que encauce el comportamiento de los jugadores.


El deporte que se basa en el verdadero espíritu del deporte, es decir, la honradez
deportiva, es probable que tenga un gran valor de prevención en sí mismo, sin ningún
elemento más. Como se mencionó anteriormente, los jóvenes pueden desarrollar
muchos recursos o medidas cautelares mediante la participación en el deporte basado
en la honradez deportiva.

Sin embargo, como los jóvenes están expuestos a muchas situaciones en las que el
espíritu del deporte tal vez no se refleje plenamente, es necesario prestar una
atención dedicada y continua para velar por que los jóvenes y aquéllos que les rodean
demuestren esos valores. Eso significa que entrenadores, árbitros y jueces y padres
deben transmitir dichos valores a través de sus acciones y palabras. Las reuniones y
prácticas de equipo o sesiones con los jugadores y sus padres brindan buenas
oportunidades para poner de relieve dichos valores.

Quizás las mejores oportunidades de aprendizaje se brindan en el curso natural de la
práctica del deporte y el juego, cuando un entrenador habla en privado con un jugador
y le comenta inmediatamente su comportamiento. Todavía resulta más eficaz estar
atento a los ejemplos de honradez deportiva y, en esos casos, elogiar al jugador.

Un código de conducta será un código viviente, es decir, significativo y aceptable por
parte de los jugadores, si:

tienen la posibilidad de contribuir a éste o darle forma;
se presenta a los padres y éstos lo apoyan activamente; y
los responsables del equipo lo vigilan periódicamente a lo largo de la temporada.

Un código de conducta no solamente contribuye a prevenir la mala conducta de los
jugadores sino también a corregirla cuando se da el caso. Si un jugador sufre consecuencias
que se derivan directa y lógicamente de un código que se ha comprometido a respetar
(por ejemplo, una suspensión para el partido siguiente como resultado de una falta), es
más probable que acepte las consecuencias y aprenda de éstas.

Sin embargo, un código de conducta carecerá de sentido para los jugadores si los
padres y organizadores no lo promueven y apoyan activamente. Así, los entrenadores,
otros miembros del equipo y los padres que se abstienen de beber cuando están con el
equipo (por ejemplo, cuando viajan para participar en los campeonatos) muestran un
firme apoyo al compromiso contraído por los deportistas de no consumir drogas.

¡Una gran idea!



El programa de deportes del Equipo Student Athlete Leadership (SALT)
de Bermudas pide a todos los jugadores que se lean detenidamente el código
de conducta del equipo y escriban lo que cada punto significa para ellos.



Fuente: EL DEPORTE. El deporte como instrumento de prevención del uso indebido de drogas.
            Naciones Unidas
            Oficina Contra la droga y el delito.
            Red Mundial de Jóvenes



                                                           Trabajando con Fé y Sirviendo con Pasión

C. L. Carlos A. Hernández
Director Distrital de promoción del Deporte
Distrito B3


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